viernes, 15 de noviembre de 2013

Viernes Criticón: Insidious, Capítulo 2

James Wan es el maestro del género de terror cinematográfico actual. No sólo se coronó con una revolucionaria ópera prima que catalizó la aparición de una de las sagas de terror más famosas de todos los tiempos, sino que, encima, dejó bien claro que el terror al que se dedicaba podía desembocar en un creativo – e insidioso - Más Allá extremadamente resultón. Posteriormente, y por si no fuera suficiente, demostró a todo el mundo que el terror en una sala de cine seguía existiendo - y que podía ser razón suficiente para declarar una película como “restringida” - con su terrorífica Expediente Warren (The Conjuring).

Es indiscutible. James Wan sabe lo que hace y es capaz de deleitarnos con películas de terror que, además de crear tendencia, dejan boquiabiertos a los espectadores. Sin embargo, este australiano de facciones asiáticas decidió aprovecharse del tirón de sus historias dando un apretón al acelerador de su anterior trabajo Insidious… Y, con todas las prisas que se tomó, se equivocó de gasolina.

● Año: 2013
● Director: James Wan
● Cast: Rose Byrne, Patrick Wilson, Lin Shaye, Ty Simpkins, Barbara Hershey…
● Música: Joseph Bishara
● Duración: 105min


Insidious: Capítulo 2 arranca con un oportuno flashback y una  explicativa – pero superflua - narración de los hechos inmediatamente posteriores al desenlace de la anterior entrega de la ¿saga?. Después, y por eso de que se asume (sí, “se asume”) que ya hemos sido introducidos en la temática fantasmagórica de la historia al ver Insidious, Wan optó por no andarse con rodeos y pasar directamente a la acción.

Lo que al director – que también es el responsable del guión en esta ocasión – se le olvidó, es que deprisa y corriendo, nada sale bien. La prueba de ello no se reduce a esa equivocación de gasolina temática, sino a que la puesta en marcha - o arranque - de este segundo capítulo es de lo más irregular y atropellado que he visto en mucho tiempo.

No tenemos una introducción a los personajes que pueda satisfacer a todo espectador mínimamente interesado en las repercusiones que los eventos paranormales de Insidious dejaron tras de sí, ni tampoco hay apariciones tan terroríficas como las de el primer capítulo. No hay nada en el principio de Insidious: Capítulo 2 que te anime a seguir viéndola. Es como si, de repente, la empatía que una vez sentimos por los personajes se esfumase en un abrir y cerrar de ojos…  Y eso, señores, no me gusta nada.


Si mal no recuerdo, la predecesora de esta cinta brillaba por, además de lo innovador que podía resultar su segundo acto, la construcción de un ambiente tenso gracias a la aparición de unos amenazantes fantasmas que protagonizaban eventos inexplicables lo suficientemente dramáticos y terroríficos como para ocasionar la mudanza de la familia Lambert. Y, a pesar de que fuese evidente que dicho cambio de domicilio no iba a frenar a los siniestros niños fantasma a congregarse en torno a los tocadiscos, los espectadores nos sentíamos en una rídicula y constante tensión por eso de que los Lambert habían establecido una conexión con nosotros y, por ello, nos aterrorizaba la idea de que sus vidas pudiesen seguir estando infestadas por unos fantasmas que en principio, encima de dar mucho miedo, no tenían un incentivo aparente para hacer todo lo que hacían.

Un iluso fan de la ya comentada Insidious, esperaba que con esta continuación Wan siguiese cumpliendo con esa moda: tonalidades grisáceas, fantasmas góticos asolando casas en un tenso primer acto, y – atención spoiler proyecciones astrales para el segundo. Pero no. James esta vez corta de raíz y decide engendrar una historia muy poco resultona cuyo principio es extremadamente poco eficaz.


Este segundo capítulo no gustará al público que no haya visto Insidious ni tampoco terminará de convencer a los seguidores de la misma… Su trama es resbaladiza y desmesuradamente ilógica (y eso que yo soy de los que no esperan una lógica aplastante en las películas), y los personajes están tan sumamente poco elaborados que, en el caso de que el espectador no haya visto la primera entrega, no despertarán el más mínimo interés en ellos.

Si a eso le añadimos que la película no transmite nada de miedo, entonces no os recomendaría que la vieseis a no ser que, como yo, seáis unos grandes fans de la primera y estéis sedientos de más Insidious. Tan sumamente sedientos, que estéis deseando – como yo (y pese al tremendo bache de esta entrega) – que se convierta en una longeva saga.

●Te gustará si: te conformas con poco o eres tan fan de la primera entrega, que entrarás ciego a la sala y saldrás pensando que has visto un peliculón.

● No te gustará si: sigues con la terrorífica resaca de Expediente Warren y quieres más dosis de terror para hacerla aún más disfrutable.


Jerry

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