lunes, 7 de septiembre de 2015

Lunes Criticón: Scream

Muchas veces pienso en cómo reaccionaría cuando, de un día para otro, llegue a mis oídos la triste noticia de que alguno de mis ídolos Hollywoodienses ha sufrido un terrible accidente. Ya voy teniendo una edad, y, consecuentemente, mis directores, actores y compositores favoritos también, así que no tendría que extrañarme que alguno de ellos se despidiese con un "adiós" definitivo dentro de poco.

Pues bien, este año no sólo he podido comprobar cómo me sentí al conocer la triste noticia de la precoz muerte de James Horner, excelente compositor de bandas sonoras tan admirables como son las de Una Mente Maravillosa o Titanic, sino que además, hace unos días, los amantes del género de terror nos estremecimos ante la triste noticia de que Wes Craven, una de las figuras más influyentes en el cine de terror contemporáneo, había fallecido merced de un cáncer. 

Por lo tanto, y siguiendo el consejo de uno de mis más fieles lectores, aprovecharemos el conveniente ciclo pre-Halloween en el que se encuentra inmerso MCDC, para rescatar las críticas de una de las sagas más famosas de Craven y así homenajearle tanto a él, como a su obra.

Aunque, a decir verdad, todo homenaje se quedará corto.

● Año: 1996
● Director: Wes Craven
● Cast: David Arquette, Neve Campbell, Courteney Cox, Mathew Lillard, Rose McGowan, Skeet Ulrich, Drew Barrymore.
● Música: Marco Beltrami
● Duración: 111min.


La historia de Scream nos introduce en la apacible localidad de Woodsboro; una ciudad que pronto verá sus calles teñidas de sangre ante la aparición de un asesino en serie que mata a sus víctimas envuelto en un atuendo de lo más siniestro y valiéndose de un puñal, un teléfono y un dispositivo que distorsiona la voz.

Con estas tres herramientas, el llamado Ghostface emprenderá una cruenta carnicería con los únicos objetivos de terminar con la vida de Sidney Prescott, una jovencita que perdió a su madre en un asesinato que fue resuelto de forma cuanto menos dudosa, y, ya de paso, aprovechar el tirón de sus crímenes para pisotear clichés y tópicos del género de terror con un descarado ingenio y un franco buen gusto.


Tanto es así que, aunque la premisa de Scream pueda no resultar novedosa, esta obra maestra de Craven sacude los cimientos de toda película de terror desde su minuto uno hasta el último. Ofrecer como aperitivo una de las muertes más despiadadas y brutales de la historia del cine (que, además, es doblemente efectiva al tratarse de la terminación del papel de "la gran estrella" de la película), es una estrategia sumamente arriesgada a la que, hoy día, pocos productores darían luz verde. Nadie quiere ver cómo la chica que ocupa la totalidad del póster de la película es descuartizada antes de que se alcance el minuto diez del metraje. Nadie quiere que la figura que va a dar dinero al estudio dure menos en pantalla que, por poner un ejemplo, la estúpida rubia de pechos grandes. Nadie quiere eso a no ser que estemos ante un filme cuya trama, aparentemente vulgar, esté infestada de giros argumentales tramposos, sustos inesperados y homenajes al género de terror tan brillantes que, al final, hacen muy difícil no reconocer a esta obra como una de las grandes - grandísimas - del género. 

Da igual que el villano, pese a ser físicamente espeluznante, sea un inútil. Da igual que la brillante actuación de Drew Barrymore dure un telediario. Da igual que la película en sí misma no de verdadero miedo. Da igual porque, como Kevin Williamson y Craven muy bien sabían, el género de terror integra mucho más de lo que por aquel entonces se creía. El género de terror puede ser abordado desde el consciente estado de autocrítica. Y eso, señores, es - perdonen mi expresión - acojonantemente brillante.


Siendo totalmente cierto que mi opinión sobre esta película está bañada por el misticismo que generé sobre su villano cuando era pequeño y que, además, mi cinefilia hace que muchos de los diálogos me parezcan desternillantes (además de que me encantan las películas con finales inesperados), Scream no deja de ser un filme imprescindible. Es uno de esos títulos que uno debe ver para comprender la fiebre del género slasher, el motivo por el que productos televisivos de hoy en día (como la serie Scream de MTV o Scream Queens de Ryan Murphy) sigan tomando prestada su fórmula, el sentido de la ridícula saga Scary Movie y, en general, el verdadero alma de toda película de terror.

Que me digan que eso no es mucho.

●Te gustará si: disfrutas de diálogos explosivos envueltos en una trama de asesinatos trepidante, con un desenlace inesperado y un humor cinéfilo excelente.

● No te gustará si: esperas pasar verdadero miedo viendo la película.



Jerry

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