El problema de las series (o
películas) cuyas historias son adaptaciones de novelas es que uno no sabe hasta
qué punto la calidad de la obra audiovisual depende más o menos de su escritor
original. Sin embargo, es bien sabido que no hay obra audiovisual que sea
totalmente fiel a la obra literaria en la que está basada (es un hecho
irrefutable independientemente de lo que el Maldito Club del Libro pretenda defender), por lo tanto, si hay diferencias
significativas entre una y otra obra, ¿de verdad podemos inclinar la balanza de
la “responsabilidad de calidad” hacia la novela o hacia la serie?
Se puede. Pero es muy difícil.
Y sobre todo es difícil con obras tan complejas como las novelas de la saga Canción de Hielo y Fuego (erróneamente
conocida como Juego de Tronos por la
serie que inspiró hace ya tres años).
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Creador: David Benioff, D.B.
Weiss
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Género: Drama, Aventuras.
● Reparto:
Peter Dinklage, Nikolaj Coster-Waldau, Lena Headey, Emilia Clarke, Kit
Harington, Liam Cunnigham, Stephen Dillane, Carice van Houten, Isaac
Hempstead-Wright, Sophie Turner, Maisie Williams, Alfie Allen, Jack Gleeson,
Sibel Kekilli, Richard Madden, Michelle Fairley…
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Duración: 3 temporadas (2011
– Presente)
●
País de Origen: EEUU
Que haya utilizado el término
“complejidad” para Juego de Tronos
puede haber sorprendido a más de uno. Su historia, tal y como se nos presenta
en la serie, puede resumirse como una simple lucha medieval por el trono de una tierra
desconocida en la que, conforme se van conociendo sus secretos más místicos,
van apareciendo criaturas exóticas o poderes mágicos que podrían hacerla parte
del ya vulgar género fantástico. Sin embargo, con Juego de Tronos uno debe recordar la concreta y especial división temática
de los libros y la soberbia cantidad de personajes que pueblan las interminables
hojas de las novelas. Sólo haciendo esto uno podrá valorar el esfuerzo y
perfeccionismo que los guionistas de la serie hacen por, no sólo ganarse a un
público que desconoce las obras en las que está basada, sino también por complacer
a los inquisitivos seguidores de los libros de George R. R. Martin perfilando
los personajes hasta el más mínimo detalle y cuadrando las múltiples tramas en
temporadas televisivas que, para lo que son los libros, resultan cortas.
Sí, George R.R. Martin es un
genio, pero los realizadores de la gallina de los huevos de oro de la HBO también. No sólo están llevando a la
pequeña pantalla una versión audiovisual de la historia notoriamente fiel a la
saga literaria, sino que además han construido una serie que, con cada
temporada que pasa, evoluciona una barbaridad y aviva el fuego de la adicción
en miles y miles de seguidores. Juego de
Tronos está en boca de todo el mundo. Y no es de extrañar.
Juego de Tronos una vez más reafirma lo
fantástica que es por su fidelidad a los libros y se supera a sí
misma al ofrecer a su querido público una temporada repleta de aventuras, traición,
asesinatos, guerras y retorcidos casamientos: un espectacular preludio para
el posterior Festín de Cuervos que asolará las llanuras de
los Siete Reinos.
En definitiva, estamos ante la que probablemente sea la producción más grandiosa y ambiciosa del panorama televisivo actual y, por ello, es
imprescindible darle una oportunidad. Si eso no os parece razón suficiente para hacerlo, no dejéis de verla aunque sólo sea por el hecho de poder participar en las apasionantes conversaciones que acaparan un tiempo considerable de las vidas de jóvenes y adultos que, simplemente, no pueden dejar de hablar de ella.
Porque sí, todo el mundo habla de Juego de Tronos. Y lo sabéis.
Porque sí, todo el mundo habla de Juego de Tronos. Y lo sabéis.
● Lo que MÁS me
gusta: lo eficaz que es la adaptación a la pequeña pantalla de los
fascinantes libros de George R.R. Martin.
● Lo que MENOS me
gusta: que, inevitablemente, la serie ha empezado a pisarle los talones a
la saga literaria.
Jerry
Jerry
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