lunes, 30 de diciembre de 2013

Homeland: Tercera Temporada

He estado muy desconectado del panorama seriéfilo últimamente. Debido a las innumerables tareas que lleva implícitas el primer cuatrimestre de mi último año de carrera, he tenido que ir dejando de ver algunas de las series que llevaba al día porque, o bien mi prioridad estaba fijada en otras (sobre todo británicas), o bien porque no he tenido tiempo material para relajarme y ponerme un episodio.

Con Homeland lo que ha pasado fue lo primero. Como ya comenté en una entrada hace unos meses, para mí esta serie había perdido el rumbo: las hazañas de Carrie Mathison y compañía ya no suscitaban dentro de mí lo que una vez consiguió su primera entrega. Todo era un despropósito. Por eso, la abandoné. Pensé que jamás la retomaría, pero algo hizo que cambiase de opinión…

Cuando el último episodio de la temporada fue emitido, fans incondicionales de la serie se tiraron de los pelos y terminaron diciendo obscenidades seriéfilas en las redes sociales. Así que yo, siendo totalmente sincero, quise convertirme en uno de ellos.

Me puse al día con Homeland sólo para poder criticarla. Y la jugada no me ha salido bien. Nada bien.

Creador: Howard Gordon, Alex Gansa
Género: Thriller
Reparto: Claire Danes, Damian Lewis, Morena Baccarin, Rupert Friend, Jamey Sheridan…
Duración: 3 temporadas (2011 - Presente)
País de Origen: EEUU

[ATENCIÓN: posibles SPOILERS de primera, segunda y tercera temporada]


Homeland cierra este episodio de su tercer paso por el mundo de la televisión con los tres minutos más acertados de la temporada. Justo en el momento en el que una melancólica melodía comienza a conmover a la cadena de huesecillos de nuestro oído medio, conseguimos apreciar cómo, finalmente, Homeland ha asumido que no es quien era antes. Homeland se ha atrevido a cerrar con un firme, sensato, y devastador portazo su tercera temporada. Y el precio que ha tenido que pagar para conseguir la llave de la posible salvación ha sido muy caro.

Ha sido tan sumamente caro, que los seguidores de la serie puede que no lo lleguen a entender ni en las rebajas seriéfilas más disparatadas de la historia de la televisión. ¿Por qué? Pues por la simple razón de que uno de los personajes clave de la serie ha dicho adiós. ¿”Simple”?

Sí, simple.


A todos nos duele cuando un apreciado personaje se despide de la serie que tan fascinados nos tenía. Todos lo hemos vivido. Todos conocimos el destino de Charlie en Perdidos, todos hemos llorado con las víctimas mortales de Anatomía de Grey y, sin embargo, todos asumimos, al ver la perfectísima A Dos Metros Bajo Tierra, que la muerte en las series de televisión puede llegar a dejar en estado de shock a sus espectadores sin ser por ello un tachón en el hasta entonces impoluto guión. No por ello las series decaen. Sin ir más lejos, Perdidos nos ha ofrecido en múltiples ocasiones muertes de personajes queridísimos que, paradójicamente, nos dejaban un buen sabor de boca. ¿Por qué? Pues porque a veces, señores, la isla exige sacrificios. Y Homeland no juega en otra liga.

Con esta temporada ha quedado bastante claro que esta serie americana había tocado fondo y que, si no hacía algo al respecto, iba a terminar sufriendo una neumonía por aspiración provocada por el insistente reflujo temático que ya venía arrastrando de la segunda temporada. El caso del agente Brody y su juego de espías - centrado en la figura de Abu Nazir - era carne de cañón; una carne de cañón que, al mismo tiempo, convertía a Carrie Mathison – una heroína televisiva como ninguna otra – en una princesa Disney que había dejado de ser quien era por una cosa: el amor.

Eventualmente, los realizadores de la serie se dieron cuenta de su error y - con la tardía colaboración de Meredith Stiehm (productora ejecutiva y guionista de muchos episodios de la primera temporada) - decidieron poner fin al cáncer que retroalimentaba a la serie y cerrar la temporada con unos últimos episodios que comenzaban a recordarnos lo que era Homeland. Al ver cómo se iba desenvolviendo el asunto, iba quedando más claro que, o nos quedábamos con Carrie, o con Brody. La imposible pareja ya había dejado de tener sentido hacía mucho tiempo.

La isla pedía un sacrificio.


Muchos odiaréis mis palabras pero, queridos fans incondicionales de la serie que ahora no hacéis más que maldecir su desenlace, ¿de verdad queríais que los guionistas optasen por seguir estirando el chicle? ¿de verdad habéis escuchado con atención los grandes discursos de Javadi y de Brody en el episodio "The Star"? ¿de verdad para vosotros el amor ha pasado a ser un componente esencial de la serie? Está claro que Brody era una figura clave en la trama de Abu Nazir, y por eso mismo esa trama se cerró para dar paso a una tercera temporada que ha funcionado como un tránsito - aburrido, fatalmente explotado, pero necesario - para el futuro de la que puede volver a ser una gran serie. Además, también está claro que los que ahora criticáis este giro temático, os habríais quejado en la cuarta temporada al ver cómo el chicle se seguía estirando a pesar de que todos vuestros amados personajes siguiesen en la pantalla.

No os engañéis. Ya desde la finale de la segunda temporada se han ido despidiendo, poco a poco, viejas glorias de la serie: empezando por la desintegración de David Estes y culminando en ese último vistazo de Dana Lazaro. Sí, Dana Lazaro. El incendio que dejó tras de sí Brody ha sido devastador, ha sumido a su familia en la más absoluta miseria y ha provocado un radical cambio en la CIA. Por eso mismo, ahora toca cerrar el capítulo. Aunque eso suponga tener que pasar por una irritante tercera temporada. No os olvidéis de que no todas las buenas series de televisión cuentan en su historial con temporadas espectaculares (sin ir más lejos, la segunda temporada de la que ahora dicen que es la mejor serie de la historia [sí, Breaking Bad] tiene una segunda temporada bastante poco excepcional).

Además, no os quejéis. Los eventos de estas tres temporadas, aunque se hayan cerrado, han dejado su semilla en la trama. Una semilla que, para mí, era totalmente prescindible pero que, pensándolo ahora mismo, puede ser una herramienta fundamental para permitir al personaje de Carrie crecer y llegar a ser quien era antes: una implacable agente de la CIA que no sucumbía al amor. Por lo menos no al amor de un enemigo público de los Estados Unidos. A ese no.


Os pido que volváis a ver los últimos tres minutos de la tercera temporada de Homeland. Los últimos minutos de “The Star”. Son cerca de ciento ochenta míseros segundos ocupados, en su gran mayoría, por los créditos finales. Si os da pereza buscarlo, entonces ver el vídeo promocional del final de la temporada. Comprended lo que Homeland pretende ser ahora. Reflexionad. El chicle de la suerte de Saul ya no se va a estirar más: la renegada estrella ha desaparecido y, con ello, la serie por fin se va a reinventar a sí misma después de haber pasado por una temporada llena de baches y meteduras de pata que ahora – y sólo ahora – tienen solución.

Estaba en manos de los guionistas el sacar a esta serie de la más profunda de las decepciones, y, por lo menos, se han atrevido a iniciar el proceso. Un proceso que ha tenido un precio muy alto y cuyo resultado ya se comentará cuando vuelva con su cuarta temporada.

Porque sí, yo estaré ahí para verlo. Yo, a diferencia de lo que sentí cuando terminé de ver la segunda temporada, tengo ganas de ver lo que la cuarta tiene que ofrecer.

Lo que MÁS me gusta: que la serie se haya atrevido a dar ese gran paso temático para enfrentarse a una esperanzadora cuarta temporada.

Lo que MENOS me gusta: que para llegar a este punto, hayamos tenido que sufrir una tediosa temporada.


Jerry

1 comentario:

  1. La tercera flojeó un montón. Ahí va mi valoración global de lo que hemos visto hasta ahora ;)

    http://seriesanatomy.blogspot.com.es/2014/10/el-reset-de-homeland.html

    Saludos!

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