viernes, 29 de noviembre de 2013

Viernes Criticón: Blue Jasmine


Tener un blog es una responsabilidad, siempre lo he dicho y siempre lo diré. Estoy de acuerdo con eso de que uno lo hace porque le gusta y porque le apetece, y que, por ello, uno debe actualizar cuando realmente quiere. Sin embargo, en el momento en el que cuentas con una única persona que está esperando tu entrada o que “te lee”, entonces el panorama cambia y tú, como bloguero, tienes la responsabilidad de no fallar a tu lector.

Hace poco uno de ellos me recomendó encarecidamente que viese una película concreta en el cine y, pese a querer satisfacerle (y ver un filme que, encima, me apetece), no sé si lo voy a conseguir. A pesar de haberle fallado, he cumplido con mi responsabilidad bloguera en otro aspecto: el comprar entradas para una película que – por unas cosas o por otras – no me “apetecía” mucho pero que crees que debes ver para mantener más al día tu página y, consecuentemente, poder criticarla.

Sí, señores. Blue Jasmine se podría decir que me “apetecía”. Pero Woody Allen no es santo de mi devoción.



● Año: 2013
● Director: Woody Allen
● Cast: Cate Blanchett, Sally Hawkins, Bobby Cannavale, Alec Baldwin…
● Música: Christopher Lennertz
● Nominaciones a los Oscar: Mejor Actriz (Cate Blanchett - Ganadora), Mejor Actriz de Reparto (Sally Hawkins - Nominada).
● Duración: 98min.


Hay quien dice que Blue Jasmine es de lo mejorcito que ha hecho Woody Allen en los últimos años. Y yo me lo creo. Me lo creo porque no tengo ni idea de qué es lo mejor de Woody Allen, no tengo ni idea de cuál es la esencia de Woody Allen, y no entiendo a Woody Allen. De lo poco (¿o mucho?) que he visto de él, me ha parecido que es un hombre que sabe hacer películas de calidad pero que es extremadamente ambicioso, bastante pretencioso, irritativamente repetitivo, y caóticamente irregular. Y eso, señores, le hunde.

Tiene su mérito que un director estrene – como poco - una película al año, pero si por  eso voy a tener que tragarme bodrios como El Sueño de Casandra, prefiero a alguien que tenga una idea resultona, que la cultive durante un tiempo, que le de forma y que posteriormente la presente al público a modo de obra maestra. Lo que no se puede hacer es hacer muchas películas aparentemente distintas entre sí pero esencialmente iguales y presentármelas como la nueva obra de arte.


Partiendo de que, por ejemplo, Scoop es una versión parodiada de Match Point (sí, señores, su esencia es exactamente la misma), que la ya mencionada El Sueño de Casandra es de lo peor que he visto en mi corta vida, y terminando con que el humor de Allen me resulta casi enfermizo de la cantidad de veces que lo hemos visto en pantalla (nunca he llegado a terminar su “obra maestra” Manhattan y casi me quedo dormido con la aclamada Midnight in Paris [que, por cierto, tampoco terminé]), es bastante extraño que quisiese ver Blue Jasmine – o, como a mí me gusta llamarla, Cate voló sobre el nido de Allen -.

En esta nueva película, tenemos al personaje de Cate, a los copazos de Cate, a los discursos de Cate, y – como dirían unas amigas mías - a la loca del coño de Cate. Sólo a Cate con un montoncillo de secundarios que hacen un trabajo excelente pero que son eclipsados por el talento de una Galadriel borracha. Estamos ante Cate voló sobre el nido de Allen y se llevó a sus polluelos, a sus palitos y a los gusanos y gusanas de la despensa. ¿Se nota que Allen está tras las cámaras? Muchísimo. ¿Se merece Woody una alabanza por mi parte por el grandioso personaje que ha creado? Indudablemente. Pero hemos de recordar que hasta el más perfecto de los personajes en las manos equivocadas puede dar a luz a un monstruo. Y Cate es un monstruo, pero no es uno de esos que estropea los personajes: ella es la actriz que va a llevarse el Óscar este año porque es ella la única responsable de que Cate voló sobre el nido de Allen sea uno de los must-see del momento.

Porque no. Allen no es santo de mi devoción. Y no lo será. Es una de esas espinas que se te quedan clavadas y que, aunque tú quieras con todas tus fuerzas que salgan de tu maldita - y privada - epidermis, se aferran a tu colágeno y te hacen daño cada vez que intentas sacarlas. Woody es eso para mí y no puedo evitarlo. Me encantaría poder decir lo “genio” que es, pero no sale de mí. Y, qué queréis que os diga, tampoco me quita el sueño.


A pesar de que recomiendo encarecidamente que veáis Blue Jasmine, que eso no os haga pensar que lo hago porque sea de mi querido Woody Allen. Lo siento en el alma si con esta crítica - que parece más un ataque gratuito a la figura de Allen - he herido la sensibilidad de algún amante del séptimo arte, o de alguna de esas personas que creen que ver películas de este neoyorquino gafotas te hace más interesante o te permite mirar por encima del hombro a esa escoria como yo que no terminan de encontrarle la gracia a las películas de un hombre que se casó con su hija adoptiva. Él mismo tiene su gracia, sus películas también... pero sólo durante un ratito. Si las ves demasiado, acabas dándote cuenta de lo patológicas que resultan sus historias y de la mediocridad que rezuman muchos de sus guiones. O a lo mejor es que, para mí, antes de ver una de sus películas ya me huele a podrido al pensar lo trastornada que debe de estar la cabecita del que las ha llevado a cabo...

De todos modos, no soy nada objetivo. Se nota demasiado que Woody Allen empezó su carrera como humorista. Yo odio a los humoristas, odio los chistes y odio los monólogos. La única vez que fui a una sesión de monólogos, el personaje que estaba contando los chistes en medio de la actuación – y desde el escenario - me preguntó: ¿Qué pasa? ¿Que a ti no te hago gracia?

Y no, no me la hacía.

●Te gustará si: eres un fan incondicional de Woody Allen o si quieres disfrutar de una grandísima actuación por parte de Cate.

● No te gustará si: no te gusta la Sra. Blanchett.

Jerry

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...