miércoles, 13 de noviembre de 2013

Triple Centrifugación Cinéfila: de cómo la cámara despierta mi más sincera admiración


El mundo del séptimo arte, aunque muchos no os lo creáis, es extremadamente desconocido para mí. Está claro que, en algún momento de mi vida, estudiaré Comunicación Audiovisual o algo similar para nutrirme de conocimientos que, en el día a día, no consigo adquirir.

A pesar de esta desventaja, sí consigo valorar algunos aspectos cinematográficos que pueden pasar inadvertidos ante los desatentos ojos de un espectador menos “obsesionado” con el séptimo arte. Aspectos como el manejo de la cámara, la duración de la toma o la fotografía (siendo las películas de Meirelles o Mallick los ejemplos perfectos de buenísimas fotografías).

Así que, como resultado de esta fijación que tengo por el uso de la cámara (que tantísimo me espantó en Los Miserables) y ante el reciente estreno de Gravity de Alfonso Cuarón, hoy os muestro algún trabajo de George Richmond, el operador de cámara de Hijos de los Hombres (a las órdenes del magnánimo Emmanuel Lubezki) y el director de fotografía de múltiples anuncios de televisión y películas.

George Richmond, del que no sé absolutamente nada de nada, fue - como ya he mencionado - el operador de la cámara en la fantástica película Hijos de los Hombres de Alfonso Cuarón; un filme que destaca, además de por su devastadora historia y su mensaje de esperanza y lucha contra la adversidad, por su increíble uso de la cámara.

Y esto que digo no es algo poco fundamentado que esté basado en la mera opinión de un estudiante de medicina que alardea de cinéfilo, porque en el año 2012 la Sociedad de Directores de Fotografía (Society of Cinematographers, SOC), otorgó a Geroge Richmond el premio a la “Toma Histórica” por esa trepidante escena de Hijos de los Hombres en la que Theo busca a su protegida para ponerla a salvo (que viene seguida de esta otra conmovedora escena que ya comenté hace tiempo).



Investigando un poco sobre George Richmond, y sin conseguir averiguar mucho, sí encontré diversos anuncios de televisión de entre los cuales me sorprendió muchísimo uno de Johnnie Walker llamado The Man Who Walked Around the World. En este spot publicitario, al que se le otorgó más de un premio, podemos ver cómo un acertadísimo Robert Carlyle (el Rumplestilskin de Once Upon a Time) va dando un paseo por una campiña escocesa mientras narra la historia de uno de los whiskys más famosos del mundo.


Así que, vistos el anuncio y parte de una de las secuencias de vídeo más alucinantes que he contemplado en una pantalla, os animo a que prestéis más atención la próxima vez que vayáis al cine a ese manejo de la cámara y a esas tomas que pueden no parecer excesivamente complejas, pero que si os paráis a pensar un poco en cómo son realizadas, en la coordinación que tiene que haber no sólo con todos los miembros del reparto sino con los encargados del micrófono, de los efectos especiales y demás, seguro que también despiertan en vosotros la más sincera admiración.

Jerry

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