miércoles, 26 de junio de 2013

Benditos Trailers: El Maldito Trailer del Maldito Hobbit.


Un enfado equiparable al que experimenté el día que inauguré el blog invadió mi persona cuando vi la más que mediocre respuesta que tuvo la crítica ante un fenómeno cinematográfico de proporciones épicas llamado El Hobbit: Un Viaje Inesperado. Después de una trilogía tolkiana de una calidad extrema, Peter Jackson nos ofreció un fiel – y muy mejorado – relato de aventuras en el que un joven Bilbo Bolsón emprende una expedición hacia la Montaña Solitaria; antiguo hogar de los enanos y actual residencia de Smaug, un temible dragón.

En la conclusión de la primera parte de esta nueva trilogía, nuestros protagonistas consiguieron escapar de las garras de una manada de orcos y visualizaron, por primera vez y desde la lejanía, la montaña hacia la que está dirigida su expedición.

Y ahora, en Junio de 2013, se ha publicado el primer trailer de El Hobbit: La Desolación de Smaug, y me está costando una barbaridad no verlo.


Para los que no lo sepan, a principios de este curso académico decidí optar por no ver los trailers de las películas que me interesaban para comprobar si es cierto eso que dicen de que el no ver los trailers es mejor para “disfrutar” más de la película (reflexión que yo, personalmente, no comparto).

Resulta que hasta ahora no me había costado demasiado cumplir con mis objetivos. Aún no he visto ni el trailer de Man of Steel, ni el de Star Trek: Into Darkness y, la verdad, es que tampoco me está consumiendo por dentro. Sin embargo, el nuevo trailer de El Hobbit está siendo motivo de crisis de ansiedad y brotes psicóticos por culpa, nada más y nada menos, que de mi querido padre y del piojo que tengo como hermano pequeño.


Siempre que no quiero ver un trailer, o bien directamente no lo busco en YouTube, o bien, cuando aparece en pantalla antes de ver una película en el cine, cierro los ojos ante las incrédulas miradas de mis acompañantes.

Esta vez, sin embargo, está siendo una verdadera tortura. Mi hermano y mi padre han hecho un diabólico trato entre ellos cuya finalidad debe de ser hacerme sufrir más que a una albina rata de laboratorio a la que le inyectan un agente pro-inflamatorio. No sólo no dejan de hablar de lo chulísimo que es el teaser, ni de la buenísima pinta que tiene esta segunda parte… No. Lo que hacen es poner el trailer en el ordenador a todo volumen en el cuarto de estar para que mis oídos comiencen a sangrar como acto reflejo para satisfacer mis deseos de mantener todo lo relativo a esta aventura mediana en la ignorancia. Y, por si no fuera poco, cogen la tableta, ponen el trailer y se sientan a mi lado para atormentarme.

Y he de reconocer que en uno de esos intentos, caí. Sí, caí: abrí los ojos y me puse a ver el trailer. Sin embargo, los cerré antes de poder ver nada importante. Lo único que vieron mis ojos fue esto (es decir, cinco mediocres segundos de un teaser de dos minutos... ¿DESDE CUANDO UN TEASER TRAILER ES TAN LARGO?):


Así que esta es mi situación en casa: una auténtica batalla entre mi hermano, mi padre y yo cuyo epicentro yace en ver un maldito (¿o era bendito?) trailer de una maldita película a la que no puedo esperar más sin que antes me de un infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST.

En fin.

Jerry

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...