Quizás estéis pensando que cómo se me ocurre poner como escena de la semana una que pertenece a una serie de máxima temática adolescente... Y la razón es muy simple: The OC fue la primera serie americana que me enganchó, por lo que tengo un buenísimo recuerdo de ella, y, además, fue la responsable de que me convertiese en el seriéfilo que soy ahora.
Aparte de la mera nostalgia que pueda sentir hacia esta melodramática serie, ahora mismo podría verla sin reparo alguno debido a que varios de los personajes son auténticas joyas del mundo de la televisión: Seth Cohen y Summer Roberts entre ellos, una pareja simpatiquísima que fue protagonista de varios de los mejores momentos de la serie.
Sin embargo, hoy no os presento una de sus brillantes escenas. Lo que hoy os ofrezco es algo muy distinto: es la primera escena del cuarta y última temporada; una escena muy oscura, con una apropiadísima música de fondo, que no parece salida de la serie de temática adolescente en la que el mayor problema de los protagonistas era ir a alguna fiesta lujosa. Ahora se respira tristeza, dolor y sufrimiento en un ambiente que ha olvidado las fiestas en la playa, los bikinis, el dinero y el ligoteo.
The OC, comenzó la cuarta temporada de forma excelente y, a pesar de lo que mucha gente diga, terminó siendo la mejor de todas. Era original, el guión estaba más trabajado y los personajes, ya más adultos, estaban en su mejor momento. Pero, como siempre, la audiencia manda... y el severo bajón de popularidad por la muerte de Marisa (sí, esto no es un spoiler: todo el mundo lo sabía) sentenció a muerte a una serie que estaba alcanzando su mejor momento y que, probablemente, se podría haber convertido en una serie de calidad.
Que la disfrutéis.
Jerry
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