viernes, 18 de noviembre de 2011

Viernes Criticón: Déjame Entrar (Let Me In)

Hace muy poco os comentamos en un artículo la “fiebre de la repetición, una tendencia actual con pinta de enfermedad crónica que asola a Hollywood desde hace ya varios años…

En este artículo entrábamos en un dilema: “¿nos gusta? ¿o no nos gusta? ¿recibiremos con los brazos abiertos a los remakes de películas actuales?”. No lo sabemos y, probablemente, hasta que no nos veamos en la situación, no sabremos cómo reaccionaremos.

Desde que empecé a hacerme estas preguntas, comencé a indagar más en recientes remakes y sagas… Y entonces, me encontré con éste: Déjame Entrar, un remake de un filme de origen sueco de vampiros llamada Let The Right One In (Lat den rätte komma in), que recibió todo tipo de premios y fue muy halagada por las críticas.

● Año: 2010.
● Director: Matt Reeves.
● Cast: Kodi Smit-McPhee, Chlöe Grace Moretz, Richard Jenkins.
● Música: Michael Giacchino
● Duración: 115min.

Si no sabes nada de vampiros hoy en día, tienes un serio problema. Actualmente el cine y la televisión están repletos de series y películas vampíricas empezando por la saga-saguísima Crepúsculo, pasando por True Blood  y Crónicas Vampíricas, viendo recientemente en cines Noche de Miedo y terminando con esta: Let Me In.

Este filme nos cuenta la historia de cómo Owen, un chico de 12 años marginado social que sufre abusos en el colegio (por el mismísimo hijo de Jack Sheperd en LOST o, si lo preferís, el niño sin orejas de Anatomía de Grey), conoce a Abby, una chica a la que se encuentra en el patio de su casa todas las tardes, cuando el sol ya se ha ocultado.


Poco a poco, y mientras unos terribles asesinatos tienen lugar en esa apacible localización de Nuevo Méjico, Owen se irá dando cuenta de que su vecina, con la que llega a establecer una conexión importante, es diferente a cualquier otra niña… Es un vampiro.

La película, cuya dirección corre a cargo de Matt Reeves (el que ya nos sorprendió con Monstruoso, una película que también pasó por las manos de J.J.Abrams), comienza de forma intrigante y aterradora. Es de estas películas que primero te introducen un avance de lo que va a pasar y, posteriormente, recurren a explicarte por qué ha pasado, quién estaba involucrado y qué consecuencias tendrá. Eso a mí me encanta: que nos dejen con la miel en los labios es un buen método para mantener al espectador atento y expectante.

Sin embargo, con el paso de los minutos, para aquel espectador que espera una película de terror “puro y duro”, el filme comienza a decaer. Esto se debe a que no es hasta el final de la misma cuando de verdad sentimos que la película toma un ritmo más adrenalínico y terrorífico. Eso sí, cuando ese momento llega, uno no quiere que la película termine.


A pesar de ello, la relación entre Owen y Abby nos encanta y, no sólo eso, sino que la forma en la que Owen comienza a percatarse de que algo raro ocurre en el piso de al lado nos conmueve: la pérdida de su inocencia es absolutamente magistral.

El desenlace de la película es muy bueno. Desde que Owen descubre el secreto de su amiga, todo cambia y los sucesos que ocurren de ahí en adelante son, para qué mentir, brutales. Sí, brutales. Parece que toda la brutalidad que encierra el filme pasa desapercida durante el transcurso de la misma y decide hacerse más que evidente al final y, cuando lo hace, surte su efecto.

La banda sonora de la película viene de la mano de Michael Giacchino (Up, Lost) y es efectiva para el filme, pero nada del otro mundo. Nos da pena decir esto porque Giacchino sabemos que es un genio. Sin embargo, las piezas más “calmadas” de este filme nos recuerdan demasiado a esas melodías lostianas que en su momento (y actualmente) nos dejaban sin respiración. Por otro lado, las de las escenas de más intriga nos resultan de todo menos extraordinarias en cuanto a música se refiere. A pesar de eso, las piezas musicales no llegan a ser malas: se adecuan a la perfección a la trama de la película y contribuyen a transmitir agobio y frustración al espectador en los momentos más oportunos. Sin embargo, y por desgracia, no recordaremos a este filme por su BSO (a diferencia de Up).


En definitiva, a pesar de tratarse de un filme de vampiros, que nadie se espere un romance imposible porque esta película no es para nada una de esas ñoñerías que tan hartos nos tienen a todos. El amante del vampiro respirará tranquilo después de haber visto un filme que, a pesar de no ser terrorífico, llega a ser escalofriante, y que, además, nos muestra muy bien cómo son los vampiros, qué reglas deben cumplir, y cómo podrían habitar en el mundo de hoy en día.

En definitiva, este filme es algo que hay que ver. Sin embargo, y muy a mi pesar, yo no he visto el original (Let The Right One In) así que cuando lo vea, quizás modifique mi crítica.

- Are you a vampire?
- I need blood to live
- But how old are you, really?
- Twelve. But... I've been twelve for a very long time.



Jerry.

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