viernes, 4 de noviembre de 2011

Viernes Criticón: The Crazies



Debido a la fiebre de la repetición (vulgarmente conocida como secuelitis) de la que os hablábamos el otro día, en “¡Malditas Críticas de Cine!” nos animamos a indagar un poco más en estos curiosos y polémicos filmes frutos de otro “primerizo” filme…

Para nuestra sorpresa, nos encontramos una curiosa película, remake de un filme de George A. Romero (probablemente considerado el “Sr. de los Zombies” por las múltiples películas que ha hecho sobre ellos), que en Rotten Tomatoes tiene ¡mejor puntuación que la película original!

¡Esto es un escándalo! Yo pensaba que la regla preestablecida para todo remake era que su predecesora fuese mejor valorada por todos… Aquí tenemos la excepción que confirma la regla.

Entonces, fui a una  tienda y, con otras cuatro películas más, me la compré. El DVD (sí, aún no me he pasado a la nueva era Blu-Ray) no aguantó en su caja ni 24 horas: tenía que verla cuanto antes.



● Año: 2010.
● Director: Breck Eisner.
● Cast: Timothy Olyphant, Radha Mitchell, Joe Anderson, Danielle Panabaker.
● Música: Mark Isham
● Duración: 101min.

Esta película, si os digo la verdad, me llamó mucho la atención por el tráiler que tenía. Me parece que es emocionante y que no te deja indeferente: al verlo, querrás saber algo más acerca de Los Crazies


Como habéis podido ver, la historia tampoco excede lo normal: un pequeño pueblecito de EEUU (¡cómo no!) de repente ve que sus habitantes comienzan a volverse locos… o, para mi gusto, un poco zombies (pero no de los de pura cepa: estos son una especie de híbridos sin el gen del canibalismo). Entonces el Sherriff del pueblo (¡cómo no!), su esposa y el ayudante del primero, se adjudicarán el puesto de “representantes del pueblo” para hacerse paso a través de mareas de locura.


El comienzo de la película es fugaz. Estas películas están hechas para que disfrutemos de situaciones agobiantes, de sustos, y de angustia así que el director/guionista debió de decidir que toda ñoñería pre-epidemia debía ser dada de comer a parte y, por ello, el principio va al grano: el primer enfermo no se hace esperar. Esto nos gusta.

A partir de ahí, comienza una “búsqueda de la verdad” (sabemos que suena muy “a lo CódigoDa Vinci pero no os preocupéis que las leyendas históricas aquí no son el producto a explotar) y una pandilla de habitantes deberán escapar de los locos, del gobierno (el gobierno siempre está de por medio: es inevitable) y de… ¿ellos mismos?


Nosotros, mientras veíamos el filme, no nos sentíamos muy intrigados acerca de cuál era la causa de la epidemia. Es más, no pensamos que nos lo fuesen a explicar porque, la verdad, lo consideramos totalmente evitable. ¿Por qué? Pues porque hoy en día en muchas películas se limitan a darte múltiples razones de todo lo que pasa y, cuando eso ocurre, a veces se me escapa la risa floja (uno ve verdaderas y pobres improvisaciones que bordan lo lamentable). Sin embargo, en esta película me convenció. Sabemos que es una razón bastante simple… Pero, la verdad, pasó nuestro filtro. No le dan mucha importancia al tema: se menciona, se sabe y se queda ahí. Lo que importa aquí son los locos y su sed de asesinar.

En el transcurso de la película, vimos cómo nuestros nervios aumentaban de forma considerable en distintas escenas. ¿Os habéis fijado en el póster de la película? Ese es uno de los momentos dentro de un puñado de escenas geniales en las que uno quizás no pase verdadero miedo, pero desde luego, tampoco disfrutará.


Las actuaciones son respetables. No esperamos gran cosa del reparto (prácticamente desconocido… aunque no por ello desconocido absoluto) y, la verdad, es que con las situaciones tan estresantes y bien pensadas que se nos ponen, poco nos importa que el grito de la chica en segundo plano resulte creíble. La música, los efectos de sonido, y el manejo de la cámara hacen su trabajo. ¡Ojo! No estamos hablando de una dirección Spielbergiana, Jacksoniana, etceteriana  pero es eficaz. Muchos deberían aprender…

Mark Isham firma la banda sonora. A Isham le conocemos por múltiples trabajos bastante interesantes y de calidad (The Mist, Crash, Life as a House…), aunque esta no es su mejor obra. Sin embargo, al tratarse de un filme de estas características, tampoco esperamos que la música nos llegue al corazón: simplemente necesitamos que contribuya en cierto modo al ambiente de tensión e intriga. Y, quieras o no, lo hace. No es brillante, pero no suspende.

Cuando la película está ya en el nudo de la situación, uno comienza a preguntarse cuál será la solución a toda la parafernalia que se ha montado en el apacible pueblecito. Pues bien, la solución no es nada extraordinaria pero, de nuevo, es muy eficaz.


Y es que, este tipo de películas tienen tres tipos de finales: ñoño (protagonistas sanos, salvos y felices dispuestos a comer perdices durante el resto de su azucarada existencia: muy a lo Pearl Harbor pero sin una tumba en el jardín [eso ya es mal gusto]), mortal (todos estiran la pata y se quedan en el sitio… Sencillo e indiferente) y luego está el “buen final” que es aquel que no te deja indiferente.

Pues bien, cuando vimos la película admitimos que nos olimos cómo iba a ser el desenlace. Se puede palpar en el ambiente: esas últimas escenas nos olieron un poco al final tipo “¡ejem!” (no os lo diremos, no os preocupéis). Sin embargo, a pesar de olernos el pastel, nos sorprendió. Aunque no tiene mucho mérito porque Jerry se conforma con poco (siempre y cuando no haya tumbas en los jardines).

Como podréis haber visto, la película no me decepcionó para nada. Era más de lo que me esperaba y, por eso, le ponemos un notable alto. Es una película típica dentro del género pero, lo que le diferencia del resto, es que destaca: es una buena película dentro de este austero ambiente de epidemias, ataques, pueblecitos estadounidenses malditos y zombies. Así que, nuestra inversión fue del todo acertada.

Si queréis entreteneros, saltar alguna vez del sofá, sufrir tensión ocasional por esa manía que tienen los americanos de esconderse en armarios para mirar por el agujerito de la llave mientras un asesino (en este caso “loco”) pasea con tranquilidad, disfrutar (o no) de escenas muy creativas y del todo claustrofóbicas y, en definitiva, pasarlo bien… Esta es vuestra película. No dejéis de verla y de contarme qué os ha parecido.

En definitiva, esta película manifestación de esa fiebre de la repetición fue un gran acierto.


Jerry.

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